Vivir el mundo virtual – cuento

Sergio nació en octubre de 2035 en una pequeña ciudad de Polonia. Era un hermoso día de otoño. El parto duró unas 5 horas y el niño nació sano y feliz. La primera foto que su madre compartió en la aplicación Mi vida mostraba a un niño regordete y sonrosado con los ojos azules. Así comenzó su vida, cuando el mundo le conoció y le dio la bienvenida a la realidad virtual. Y la madre de Sergio desde entonces compartió fotos del niño todos los días. Cuando Sergio fue a la escuela, tuvo su propio teléfono y pudo decidir por sí mismo lo que se escribiría en su vida virtual.  

Las personas que quieran disfrutar de los numerosos privilegios del mundo moderno deben tener un perfil en la aplicación. Pueden inscribirse hasta los 6 años. En la mayoría de los casos, los padres crean aplicaciones para sus hijos inmediatamente después del nacimiento. Los usuarios de la aplicación tienen acceso a todos los libros, películas, música y viajes o exposiciones virtuales. También pueden asistir a cursos, hacer amigos o hacer citas médicas sin salir de casa. Al cumplir los 18 años, la aplicación, basada en la actividad virtual, selecciona un compañero de vida e indica una trayectoria profesional. La aplicación Mi vida cuenta con sus propios procedimientos y algoritmos, recoge información sobre la navegación por Internet, motores de búsqueda y páginas webs que visita el usuario. Además recoge información sobre el contacto con otras personas a través de redes sociales o foros. Selecciona a las personas con actividades semejantes en el mundo virtual para que pasen juntas el resto de su vida real. 

Sergio conoció a su mejor amiga Elena en la escuela. Pasaban juntos todos los días. Ella era una chica muy alegre y enérgica a quien le gustaba dibujar y ver películas de fantasía. A Sergio le encantaba pasar tiempo con ella, aunque era tranquilo y prefería hablar o pasear. Era un chico muy inteligente, amable y tímido. Le gustaba los juegos de ordenador y los libros de detectives. Gracias a su amiga, se abrió a la gente y al mundo que le rodeaba. Elena se volvió más sensata y pudo relajarse con Sergio. Sus mundos eran diferentes, pero al mismo tiempo se complementaban maravillosamente. Con el tiempo, los jóvenes se enamoraron y se convirtieron en pareja. Sabían que la aplicación elegiría a su compañero de vida, pero creían que terminarían juntos, porque se sentían completos en compañía del otro y no se imaginaban viviendo por separado.  

En el cumpleaños 18 de Sergio su familia invitó a Elena a una fiesta que habían preparado para su hijo. La pareja fue a la casa del chico. Todos los invitados comieron una deliciosa cena y felicitaron a Sergio. Era el momento de compartir su vida con alguien por medio de la aplicación. Con sólo pulsar un botón, todos los datos de la aplicación se procesaron para encontrar a la persona adecuada y mostrarle el futuro. Sergio miró su teléfono y suspiró con ansiedad. 

-Vale, vamos a ver qué me espera – dijo con una sonrisa y agarró la mano de Elena. 

Fue la última sonrisa que apareció en su rostro esa noche. La pantalla de su teléfono mostraba un mensaje que decía que Sergio iría a la universidad a estudiar informática. Al cabo de un rato, la aplicación mostró la imagen de una mujer bonita y delgada con el pelo rubio y los ojos azules. Debajo de la foto apareció el nombre de su futura esposa: Emilia. El chico sintió que empezaba a quedarse sin aire. Elena le apretó la mano y lo miró con tristeza. Sabían que estarían separados para siempre.  

Al día siguiente, Sergio conoció a su prometida. Era una chica agradable y bonita, pero no sentía lo mismo que por Elena. Tampoco podía aceptar que su amada pasara su vida con otro hombre. Pasó los siguientes días preguntándose si podría cambiar su destino.  

Buscó información sobre si alguien había intentado cambiar la selección de la aplicación, pero lamentablemente no había nada al respecto. Revisó todo lo que había disponible en la aplicación y encontró la única opción: borrar todos los datos del sistema. El siguiente día corrió a la casa de su amada y le contó su idea.  

-Si algo puede hacer que estemos juntos ¡estoy de acuerdo completamente! – gritó Elena con alegría. 

-¡Elena, mi abuela nunca se ha puesto un perfil y vive una vida feliz con mi abuelo ! Debería funcionar también en nuestro caso- respondió Sergio.  

La abuela de Sergio no había creado un perfil porque no había querido que una aplicación decidiera su destino. La libertad era lo más importante para ella, así que había vivido una vida estrictamente real. 

Fueron juntos a su parque favorito y se sentaron en un banco, se dieron la mano y luego encendieron su aplicación.  

-¿Estás preparado? – preguntó Sergio. 

-Sí – respondió Elena. 

Al mismo tiempo, borraron todos sus datos de la aplicación. Y después de un rato ya no estaban. Ya nadie volvió a saber de ellos, nadie los había visto nunca. Sus vidas virtuales habían desaparecido, pero también su vida real así fue eliminada. Así pues, desaparecieron, como si nunca hubieran nacido. 


by Anna Zenka

soyjuanma86

I'm a writer born in Argentina, but currently living in Poland. I work as an English and French teacher, translator and copywriter.

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